Hoy, 28 de abril, es el día mundial de la seguridad y la salud en el trabajo. Los accidentes laborales son una lacra que nos persigue en los puestos de trabajo y sobre la cual el movimiento obrero debemos poner el foco.Y es que las cifras de un terrorismo patronal que se niega a mejorar las condiciones laborales están al alza mientras muchas empresas siguen teniendo unos beneficios que chocan con la realidad de nuestra clase.
Durante el pasado 2024 murieron 49 trabajadoras y trabajadores en nuestro territorio. Una cifra que ha subido con respecto a 2023 (donde fueron 38) y que además da una escalada por provincias que alerta de la problemática que sufrimos la clase trabajadora en los puestos de trabajo. El conjunto de España no es una excepción: en 2024 fallecieron 796 trabajadoras y trabajadores, 75 más que en 2023. La principal causa de muerte la acumulan los infartos e ictus, seguidos de golpes, amputaciones, caídas y accidentes de tráfico. En este último punto, los accidentes in itínere, siguen creciendo.
Y es que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales es un simple papel mojado si no hay una fuerza que exija su aplicación. Así, no podemos seguir confiando en que otros agentes y entidades hagan que se eviten más muertes en nuestros trabajos. Por ello es imprescindible la organización y la reivindicación, por ello es imprescindible que exista un motor que exija el cumplimiento de las condiciones de seguridad laboral que sean necesarias para evitar accidentes, lesiones y muertes. Tanto es así que sólo la clase trabajadora puede salvarse a sí misma con su capacidad de transformación, capacidad en la que juega un papel fundamental la organización sindical.
Desde el PCE-CyL reivindicamos una vez más que el número de víctimas no puede ser tomado a la ligera como meras estadísticas. Es intolerable que una persona muera por realizar el trabajo que, a duras penas, le garantiza una vida digna. Por eso llamamos a la organización en los sindicatos y a la movilización sostenida que permita que en los centros de trabajo se acabe con todo tipo de abusos que perjudican, e incluso arrebatan, nuestras vidas.
Sobrevivir en tu puesto de trabajo no es un privilegio. Es un derecho.
Sus beneficios, nuestra ruina.