Hace algo más de un mes el grupo de polímeros de la Universidad de Burgos presentaba un estudio en el que se determinaba que la concentración de nitratos presentes en el agua de consumo de algunas localidades burgalesas es superior al recomendado. En algunas de ellas incluso se supera el doble de la concentración permitida. Aunque en este caso el estudio se ha realizado en la provincia de Burgos, la realidad es extensible a los campos castellanos y leoneses.
Para las y los comunistas este estudio demuestra la dejadez en el control medioambiental y de salud pública por parte de las instituciones responsables. No es posible que durante varios meses (o años) la población de estas localidades haya estado consumiendo agua no apta desde el profundo desconocimiento. Es por ello que se hace imprescindible dar una respuesta y una solución a nuestros pueblos.
La presencia en el agua de nitratos, como de otras sales, se debe a la erosión y el arrastre de diferentes minerales; sin embargo, niveles tan altos son fundamentalmente consecuencia de procesos relacionados con la contaminación. En este caso concreto, principalmente de la ganadería y de la agricultura intensiva. En el primer caso por la acumulación de residuos (orines y estiércol) y en el segundo por el uso abusivo de fertilizantes en nuestros campos.
Una vez más, la lógica devoradora del sistema capitalista se nos muestra como incompatible con la vida y con nuestro planeta. Una vez más los intentos por multiplicar los beneficios de unas pocas personas acaban generando problemas sobre el conjunto de la sociedad y de nuestros ecosistemas.
Es por ello que debemos reclamar un futuro sostenible para nuestros pueblos y para nuestra región. No podemos normalizar el desarrollo intensivo de actividades como la agricultura y la ganadería, máxime cuando la mayor parte del producto (especialmente en este último caso) acaba exportándose. El producto sale, los beneficios los obtienen unos pocos y las consecuencias las pagamos las y los habitantes de las zonas afectadas. Una dinámica que además no permite fijar población en el medio rural, condenando más aún a nuestros pueblos al abandono.
Entendemos que un desarrollo sostenible basado en otra lógica de producción y consumo es posible, y que dada la emergencia climática mundial y la situación de nuestros pueblos es imprescindible tomar conciencia cuanto antes. Está en juego nuestra vida y la de todo el planeta.
Por el fin de la contaminación de nuestras aguas.
Salvemos el planeta, salvemos nuestros pueblos.