Hoy, 30 de noviembre, volvemos a convocarnos aquí, en una demostración más de la enorme e incansable solidaridad del pueblo de con el pueblo de Palestina.
Desde 1977, las NNUU establecieron el 29 de noviembre como Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo palestino; sin embargo, 30 años antes habían aprobado el plan de partición por el que se proponía la división del territorio de Palestina en un futuro estado árabe y un futuro judío. La aprobación de ésta resolución, la 181, fue la excusa perfecta para que el sionismo agudizará su plan de colonización provocando la limpieza étnica en Palestina que quedo inacabada por la tenaz e inconmensurable resistencia del pueblo palestino, resistencia y arraigo que continua vigente a día de hoy.
El mundo occidental y particularmente Europa, supuesta adalid de los Derechos Humanos, está virando hacia un autoritarismo belicista que estremece. El mercado y el complejo armamentístico, mediático, político y financiero pretende imponernos su narrativa del miedo y sumergirnos en una distopia en la que no queremos entrar.
Por eso, nosotros y nosotras estamos aquí de nuevo, porque nuestra sociedad se opone frontalmente a este genocidio. Ante la irresponsabilidad, la parálisis y la complicidad de algunos gobiernos, es el momento de actuar desde la sociedad civil. Nosotros y nosotras no toleramos la violación de los derechos humanos y del derecho internacional que Israel lleva cometiendo desde hace más de 77 años sobre Palestina. No toleramos los asesinatos masivos y perfectamente planificados sobre la población palestina y particularmente, contra niños y niñas, personas ancianas y personas con discapacidad.
Por si fueran pocas los cientos de miles de personas asesinadas, heridas, desplazadas, torturadas y desaparecidas en Gaza, ahora Israel ataca con igual saña el Líbano y a menor escala, pero con el mismo método genocida, Cisjordania, Siria y Yemen, buscando una extensión de la guerra a nivel regional, un escenario que lleva años persiguiendo para poder acabar con el pueblo palestino sin tener los focos encima de su criminal actuación.
Israel, este último año, ha traspasado todas las líneas rojas existentes: ha bombardeado escuelas, hospitales, orfanatos, campos de refugiados, zonas decretadas por ellos mismos como seguras, iglesias, mezquitas, convoys de ayuda humanitaria, sedes de Naciones Unidas, embajadas en Damasco, Irán, zonas civiles en Líbano, Siria, Yemen. Y, sin embargo, todavía no se le ha aplicado la menor sanción, es más, los gobiernos occidentales siguen vendiéndole armas bajo acuerdos blindados, firmados en secreto y absolutamente opacos. Reconocer el estado palestino se ha convertido en un ejercicio de hipocresía y falsa solidaridad a sabiendas, entre otras cosas, de su imposibilidad en la práctica por la creciente colonización de los territorios ocupados de Cisjordania. Palabras vacías que encubren el verdadero problema que reside en el mantenimiento de un régimen colonial, racista y con políticas de apartheid practicadas diariamente.
Hace unos días conocíamos las órdenes de arresto de Netanyahu y del ex-ministro Gallant por parte de la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra y de lesa humanidad, a pesar de las múltiples presiones por parte principalmente de USA. Ese es el camino. Pero al mismo tiempo tenemos que intensificar la presión de la sociedad civil, por ejemplo desarrollando la campaña BDS (Boicot, Sanciones y Desinversiones a Israel), que lanzó la sociedad civil palestina, e intensificarla hasta que Israel se convierta en un estado paria como lo fue en su momento la Sudáfrica del apartheid. Y recordemos que la coordinación de nuestras acciones tiene sus frutos, entre otros: la cancelación de compras y ventas militares con Israel, la prohibición de repostaje en puertos del estado español de barcos cargados de armas hacia Israel, la cancelación de conciertos de músicos que defienden el genocidio y la barbarie de Israel.
Y, sobre todo, no olvidemos que a pesar de toda la brutalidad ejercida por la entidad sionista sobre Palestina desde hace 77 años, el pueblo palestino resiste. Resiste estudiando, trabajando la tierra, pariendo, cocinando, gritando, riendo, defendiéndose con piedras y con sus escasas armas, con el amparo del derecho internacional. Su resistencia es su existencia y nosotras aquí somos el oxígeno que les ayuda a respirar. PORQUE SOMOS PARTE DE ESA RESISTENCIA QUE SE OPONE A UN MUNDO QUE NOS QUIEREN IMPONER UNOS POCOS, GUIADO POR EL ODIO, LA EXCLUSIÓN AL DIFERENTE, LA GUERRA, LA MUERTE Y LA DESTRUCCIÓN.
ESTO NO ES UNA GUERRA DE ISRAEL CONTRA PALESTINA, ES UNA GUERRA DE ISRAEL Y EEUU CONTRA QUIENES NOS OPONEMOS A SU DOMINACIÓN Y A SU MODELO DE MUNDO. UN MUNDO QUE NOSOTRAS QUEREMOS CAMBIAR DE RAÍZ.
Y todas estas razones son las que nos han llevado a estar todos estos meses saliendo a las calles en movilizaciones sin precedentes. Movilizaciones para canalizar la indignación de nuestros pueblos, para que nuestra ciudadanía de voz a los sin voz y exija a los gobiernos de España, de la UE, del mundo:
– la aplicación, sin dilación, de un embargo total de armas a Israel
-la imposición de un alto el fuego inmediato y permanente en Palestina, Líbano, Siria y Yemen
– el cumplimiento de las exigencias impuestas por el Tribunal Internacional de Justicia el 19 de Julio de 2024 que reclama el Fin de la ocupación y el apartheid en Palestina y la prohibición de cualquier colaboración que mantenga este régimen ilegítimo
-la ruptura de todo tipo de relaciones con Israel, incluyendo todas sus expresiones deportivas y culturales.
-El apoyo a Palestina en su reconstrucción como la tierra diversa y acogedora que siempre ha sido, espacio de convivencia entre culturas y religiones, territorio libre de racismo y sionismo, Tierra de paz.
Por eso, hoy y siempre, aquí y ahora, dejamos claro: VIVA LA LUCHA DEL PUEBLO PALESTINO! BOICOT A ISRAEL!
Fuente: Rescoop