Ante el 20N, desde el PCE-CyL no somos ajenos a la normalización del discurso fascista de odio y señalamiento a diferentes colectivos (inmigrantes, LGTBI, movimiento antifascista…); ni a escala global desde hace años ni, por supuesto, a nivel local más recientemente.
El Gobierno de la Junta, pese a la pantomima de la ruptura entre PP y VOX, es responsable de esta normalización y cómplice de las agresiones fascistas ocurridas en los últimos meses, especialmente en la ciudad de Valladolid. La brutal agresión a los camaradas del PCTE del pasado agosto, el acoso a trabajadores inmigrantes, las agresiones homófobas y las “cacerías nocturnas de rojos” son el pan nuestro de cada día en Valladolid. La complicidad con estas agresiones se extiende a quienes descontextualizan y las presentan como peleas juveniles sin mayor importancia y no como lo que son, la respuesta lógica y consecuente al discurso político del odio.
La pasividad de las instituciones, de los clubes deportivos cuya afición participa en estos actos violentos, de los cuerpos policiales, de la patronal del ocio nocturno y de los medios de comunicación al servicio del Capital les convierte en participes de esta situación y en responsables del ascenso de las agresiones fascistas en nuestras calles, de la extensión y normalización del racismo a todos los niveles, de buscar el retroceso en avances feministas que habíamos conquistado y de difundir el negacionismo climático.
A nivel institucional, no esperamos solución alguna de los herederos -azules o verdes- del Franquismo. Se engaña quien espere una actitud diferente de los perros del capital, su única misión es la de echar más leña al fuego. Por otro lado, la socialdemocracia gobernante sigue mostrándose indolente ante los problemas del día a día a los que se enfrenta la clase trabajadora, insiste en un posicionamiento internacional connivente con la sumisión a los intereses económicos de EEUU (ya sea apoyando al régimen filonazi ucraniano o al ente sionista de Israel) alimentando así a la bestia y poniendo una alfombra roja hacía el poder a los reaccionarios con su inacción absoluta más allá de llamamientos vacíos de contenido al frente antifascista.
A nivel social, crece una desafección política de la clase trabajadora. La falta de soluciones ante el aumento silenciado de los niveles de pobreza, la devaluación de los salarios consecuencia de la inflación o la dificultad absoluta del acceso a la vivienda, sumado al fin de ciclo político que abrió el 15M y que no se ha materializado en mejoras sustanciales en nuestras condiciones de vida, nos presenta un caldo de cultivo ideal para las ideas fascistas de señalamiento de minorías como culpables de tales males en detrimento del señalamiento del Capitalismo: un sistema económico criminal.
Somos conscientes de que esta situación solo se va a revertir desde la unidad del movimiento antifascista y desde la organización de la clase trabajadora en torno a un proyecto socialista de futuro, libre de la amenaza fascista y de la opresión capitalista. Por esto mismo, el PCE en Castilla y en León llama a la unidad de todas las organizaciones y colectivos antifascistas de la región y a la movilización conjunta como muestra de fuerza y oposición al movimiento reaccionario que invade todos los ámbitos sociales.
¡Fascismo nunca más!
¡NO PASARÁN!